Elisabeth Roura

Se respira una tensión extraña en las conversaciones políticas en Alemania. El triunfo del partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) en las elecciones de los estados federales de Turingia y Sajonia, junto a su buen resultado hace pocos días en el estado de Brandenburgo, ponen en jaque la estabilidad política del país.

Solamente con desplazarse a los estados de la antigua Alemania del este, el algoritmo de las redes sociales se transforma: el partido xenófobo no deja de aparecer en la pantalla. Especialmente en el feed de los votantes más jóvenes, el público objetivo al que pretende llegar el partido a través de narrativas y lenguajes propios del contenido virtual, como memes. Según reporta la Deutsche Welle, citando a la encuestadora Infratest Dimap, el 38% de los jóvenes entre 18 y 24 años votaron al partido de extrema derecha en Turingia y Sajonia. La pregunta es: ¿cómo es posible que el discurso extremista convenza a una generación que tiene, hoy más que nunca, acceso libre a la información?

Es evidente que la AfD invierte grandes sumas de dinero en crear contenido atractivo para el público joven y difundirlo masivamente. Pero con eso no es suficiente. Un estudio reciente publicado por la Universidad de Leipzig ha analizado 120 videos publicados por la cuenta oficial del partido y las cuentas de algunos de sus parlamentarios. Los resultados arrojan algunas tendencias interesantes. Por un lado, corroboran la hipótesis de los temas que utiliza el partido para generar interacción: la seguridad, la inmigración, la lucha contra el crímen, el rechazo a la clase política, y las críticas a la restricción de libertades personales (por ejemplo, el uso de mascarillas durante la pandemia del Covid-19 fue muy criticado por este sector político en Alemania). Hasta este punto, las temáticas no difieren de otros movimientos populistas en Europa. Pero, ¿qué formatos y recursos narrativos utilizan para lograr generar mayor interacción que otras formaciones?

En primer lugar, el estudio apunta a cuatro recursos principales: la provocación, la retórica de la conspiración, la simplificación de problemas de la vida cotidiana y la tendencia a apelar a las emociones. Estos mecanismos, ligado a los temas que más preocupan a los jóvenes, consiguen crear un clima de alarma e inseguridad. En segundo lugar, en cuanto a los formatos, la AfD hace un uso sistemático y estratégico de la inteligencia artifical para generar imágenes que infunden miedo. Pánico es lo que generó este partido durante la campaña electoral, según Der Spiegel, porque su dominio de Tiktok desde hace varios años le colocó en posición de ventaja respecto a otras formaciones cuyos líderes no están acostumbrados a crear y difundir contenido para este público. Por último, la AfD ha construído una identidad visual (colores, logos) atractiva y fácil de identificar.

Un dato curioso que revela la investigación es que la AfD no sigue les tendencias propias de TikTok, más ligadas al entretenimiento que a la información. El contenido se basa puramente en bulos informativos empaquetados en el lenguaje propio de los jóvenes: mensajes cortos, contenido que se consume rápido e incita a compartirlo con otros. Sin embargo, no usan otras funcionalidades características de TikTok, como las músicas de fondo, los filtros o hashtags de tendencias. Jóvenes miembros del partido como Erik Ahrens, entrevistado en el informe El universo TikTok de las (extremas) derechas, editado por el Centro Educacional Anne Frank y citado en Eldiario.es, defienden la importancia de tener una “guerrilla” del nacionalismo étnico alemán en las redes sociales. Ahrens, asesor del político Maximilian Krah, explica a Eldiario.es que la estrategia de comunicación en Tiktok se basa en hablar de los temas cotidianos que preocupan a la juventud con mensajes directos y provocativos. Lo demás, lo hace todo el algoritmo.