Carme Ferré Pavia
Las imágenes de Tahrir y Pamplona contrastan: en los Sanfermines, parece que desnudar y rasgar el uniforme de pamplonica a una chica sea una fiesta de lo más animada e inocente; en El Cairo, algunos hombres ayudan a las mujeres que participan en las manifestaciones a no ser manoseadas o directamente abusadas formando un cerco protector.
Algunas opinadoras lo han reflejado bien: mostrarse desnudo no es una invitación a la agresión, porque por ese mismo corolario, se justificarían las sentencias que basan en una minifalda el indulto a un violador, pero nos quedamos con otra frase de Emi Arias: “lo peligroso de legitimar públicamente el acoso cuando se trata de un problema no resuelto en nuestra sociedad”.
Porque lo que hay que leer es el número de violaciones que se producen cada año: en los Sanfermines, 3; en Tahrir, más de 90 en cuatro días de protestas en Julio. Se podría decir que en Sanfermines corre más peligro la libertad sexual de las mujeres que la vida de los que corren los encierros. Ese el problema de verdad y no se puede esconder, aunque tenga alrededor imágenes de los medios en que parezca una tomatina más arrancar la ropa a una mujer o anuncios de cerveza veraniega en que los simpáticos chicos cocinan y comen vestidos y sus supuestas novias llevan todo el día biquini.
Si nos estancamos en estas discusiones de la publicidad, será porque estamos estancados en el problema del abuso sexual. Fantastic life, o no tanto, porque hay que mantenernos alejados de la imagen de Tahrir: ni justificarla ni tener que volver a ella.
Retroenllaç: Sanfermines: borracheras, encierros ¿y tocamientos? | Cultureando
Retroenllaç: Sobre las tetas en sanfermines, por un desinformado | manchas en el folio
Se las compara por contraste. Y lo lamentable son las violaciones que hay en Sanfermines. Lo que se reclama es que las mujeres sean responssables, tal como destaca en la frase del artículo de Emi Arias. Gracias por tu colaboración.
Retroenllaç: La polèmica dels “San Fermines” | Centre de recursos i documentació per a les dones