Que el mundo del fútbol se implique en la lucha por los valores de la igualdad es crucial, y si estas voces llegan desde Francia, que no se olviden de la homofobia presente en ese país, también.
El lunes 22 de abril, a punto de Diada de Sant Jordi, el CCCB acogió una charla-debate bien sugerente: Tahar Ben Jelloun, autor y pensador francés autor de L’Islam expliqué aux enfants (2002), disertó sobre como el racismo es aún un tema tan pendiente en nuestros días y el exjugador del Barça Lilian Thuram se sumó a este diálogo, ya que su fundación participa en esta lucha antiracista.
“El racismo continua aquí, pero nosotros también”, el lema planteaba ya una doble contradicción: el racismo es en sí mismo una entelequia, porque las razas no existen –solo la especie humana– pero ahí está, y nosotros al mismo tiempo para combatirlo. Tahar Ben Jelloun centró su charla sobre todo en las manifestaciones de islamofobia y en la situación de los países árabes donde se han dado las revoluciones que supusieron cambios de sistema político.
Para Jelloun, aún tiene influencia en Francia la memoria de la guerra de Argelia en la persistencia del recelo hacia lo musulmán. En una Francia integracionista, en lo cultural, lingüístico y religioso, se genera una resistencia a lo islámico. Jelloun defiende que las llamadas primaveras árabes han sido en realidad una catástrofe pero que supondrán el final del islamismo radical por las traiciones que éste comete contra el sistema democrático.
Lilian Thuram, en su turno, disertó con emoción sobre la raíz cultural del racismo, que se aprende. Para él racismo y sexismo son una resistencia a mantener los privilegios de una parte de la población, además de un comportamiento de tipo grupal. Thuram, autor de Mis estrellas negras (2012), apela a la autoreflexión sobre la carga de “cultura sexista, racista y homófoba” de que todos somos portadores.
“Nous sommes dans la route la plus droite”, sentenció, ya que defiende que nuestros días contemplan la primera generación donde el debate supera poco a poco a las desigualdades inconscientes. También el sexismo de todas las religiones fue cuestionado, independientemente de la radicalidad que critica Tahar Ben Jelloun.