Carme Ferré

Dimensionar las noticias de cualquier página de sociedad es algo que a priori no es fácil: tenemos al lado de la prohibición a abortar a una muchacha salvadoreña enferma (finalmente permitieron la cesárea del feto sin cerebro); la presión contra la feminista tunecina Amina Tyler, que cuando se escribe esto está detenida; junto a la campaña contra Facebook por no poner coto a los contenidos de violencia machista.

Igual que le sucedió al programa La Noria de Telecinco, ha sido el boicot contra los anunciantes después de que una campaña de Every Day Sexism Project consiguiera apoyo internacional lo que ha movilizado a la compañía. No nos hemos cansado, en estas páginas de reflexión sobre la investigación, de destacar la importancia de la responsabilidad de las empresas y la de la gestión de las redes, así como del poder ciudadano para exigir estas conductas éticas.

La polémica marca

Y en las mismas páginas que aparecía esta campaña se explicaba el malestar del colectivo gay de Brasil por un anuncio donde Neymar, jugador mediático donde los haya, se mostraba en calzoncillos ante mujeres y no ante un fornido comprador. Con el anuncio a la vista, no pasa de algo anecdótico y es un anuncio simpático donde el jugador no se muestra sensual ni provocativo.

Lo cierto es que parece una exageración tacharlo de homófobo pero quizás lo que esconde es sensibilidad en un país donde los derechos y la imagen del colectivo LGTB aún no parecen suficientemente normalizados.